En el sureste de Mallorca, dentro del Parque Natural de Mondragó, se encuentra la playa de Es Marques, un auténtico tesoro natural que ha logrado preservar su esencia virgen frente al desarrollo turístico. Esta cala, menos conocida que otras de la zona pero igualmente espectacular, ofrece a los visitantes una experiencia de conexión con la naturaleza difícil de encontrar en otros puntos de la isla.
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Cómo Llegar a este Paraíso Escondido
El acceso a Es Marques forma parte de su encanto. Desde Palma, se toma la carretera Ma-19 en dirección a Manacor, para luego enlazar con la Ma-15 hacia Santanyí. Una vez en esta localidad, las indicaciones llevan hacia el Parque Natural de Mondragó. El último tramo del recorrido transcurre por caminos rurales que serpentean entre campos de almendros y antiguas posesiones mallorquinas, preparando al visitante para el encuentro con este entorno protegido.
Para quienes prefieren el transporte público, existen líneas de autobús que conectan Palma con Santanyí, aunque el trayecto final hasta la playa requiere caminar o tomar un taxi. La bicicleta también es una opción interesante para los más deportistas, permitiendo disfrutar del paisaje a un ritmo más pausado.
Aparcamiento y Acceso a la Playa
El parque natural dispone de una zona de aparcamiento vigilado cerca de la playa de S’Amarador, desde donde parte un agradable paseo de unos 15-20 minutos que conduce hasta Es Marques. Este sendero, perfectamente señalizado, discurre entre pinos y matorral mediterráneo, ofreciendo vistas panorámicas de la costa. Es importante tener en cuenta que durante los meses de verano el aparcamiento suele llenarse temprano, por lo que se recomienda llegar antes de las 10 de la mañana.
El camino hasta la playa, aunque accesible para la mayoría de personas, presenta algunas pendientes y terreno irregular que puede resultar complicado para personas con movilidad reducida. No obstante, el esfuerzo se ve ampliamente recompensado al llegar al destino.
Un Escenario Geológico Único
Es Marques es el resultado de millones de años de procesos geológicos. La playa se asienta sobre un sistema dunar fósil, donde las arenas doradas contrastan con las rocas calcáreas erosionadas por el viento y el mar. Estas formaciones rocosas, que enmarcan la cala, muestran interesantes estratificaciones que narran la historia geológica de Mallorca.
El color turquesa de sus aguas, particularmente intenso en los días de calma, se debe a la combinación de fondos arenosos y la presencia de praderas de posidonia oceánica, que además de aportar ese tono cristalino, actúa como importante ecosistema marino. La playa en sí es relativamente pequeña, con una longitud de unos 80 metros, pero su forma semicircular y su orientación la protegen de los vientos más fuertes.
Servicios y Comodidades
A diferencia de otras playas más turísticas, Es Marques mantiene un carácter rústico y natural. Los servicios disponibles son básicos pero suficientes: hay baños públicos en las proximidades del aparcamiento principal y una pequeña área con duchas para eliminar la sal y la arena después del baño.
No existen chiringuitos ni establecimientos de restauración directamente en la playa, por lo que es recomendable llevar agua y algo de comida, especialmente si se planea pasar varias horas. En temporada alta, suele haber un quiosco móvil cerca de la zona de aparcamiento que ofrece bebidas y snacks básicos.
Para la seguridad de los bañistas, la playa cuenta con servicio de socorrismo durante los meses de verano, aunque la ausencia de oleaje fuerte la hace generalmente segura para el baño. No hay servicio de alquiler de hamacas o sombrillas, por lo que los visitantes deben traer su propio equipo de playa.
Actividades para Disfrutar en Es Marques
El principal atractivo de Es Marques es, sin duda, la posibilidad de disfrutar de un entorno natural prácticamente intacto. Las aguas tranquilas y transparentes invitan al baño y al snorkeling, permitiendo observar una interesante variedad de vida marina entre las rocas de los extremos de la cala. Con un poco de suerte, se pueden ver pulpos, estrellas de mar y diversos peces de colores.
Para los amantes de la fotografía, la playa ofrece infinitas posibilidades, especialmente al atardecer, cuando la luz dorada se refleja en las formaciones rocosas. Los alrededores son perfectos para el senderismo, con varios caminos que permiten explorar el parque natural y descubrir otras calas cercanas como S’Amarador o Caló des Borgit.
Las zonas de dunas y matorral mediterráneo que rodean la playa albergan una rica biodiversidad, ideal para los interesados en la observación de aves. Es frecuente ver distintas especies de gaviotas, cormoranes y, con suerte, alguna águila pescadora sobrevolando la zona.
Consejos para una Visita Perfecta
Para aprovechar al máximo la experiencia en Es Marques, es recomendable visitarla fuera de los meses de julio y agosto, cuando la afluencia de público es menor. La primavera y el otoño son épocas ideales, con temperaturas agradables y aguas todavía templadas.
Es esencial respetar el entorno natural, evitando dejar residuos y manteniéndose en los senderos señalizados para no dañar la frágil vegetación dunar. El parque natural tiene normas estrictas de conservación que todos los visitantes deben seguir para preservar este espacio único.
Para quienes deseen complementar la visita con un poco de cultura, el cercano pueblo de Santanyí merece una parada. Su centro histórico, con edificios de piedra arenisca y un ambiente relajado, ofrece una muestra auténtica de la Mallorca tradicional.
Un Remanso de Paz Mediterráneo
Es Marques representa la esencia de las playas vírgenes de Mallorca. Su belleza reside precisamente en lo que no tiene: masificaciones, edificaciones ni ruido. Aquí, el tiempo parece transcurrir más lentamente, marcado solo por el movimiento de las olas y el canto de las gaviotas.
Esta playa es ideal para quienes buscan desconectar del ritmo acelerado de la vida moderna y reconectar con la naturaleza en su estado más puro. Un lugar donde el mar y la tierra se funden en perfecta armonía, creando un paisaje que permanece en la memoria mucho después de haberlo visitado. En un mundo cada vez más urbanizado, espacios como Es Marques son un recordatorio valioso de la importancia de preservar estos últimos refugios de autenticidad mediterránea.